Aún quedan tres cursos para que el peque haga su Primera Comunión, así que como ya no puedo esperar más, voy al lío!!! Cada uno ha hecho ya su acto, religioso y festivo. En su colegio, cada uno con su clase y amigos.
Explosión de emociones en unas cuantas horas acumuladas. Deseo de hacer algo porque quieres, lo sientes, lo deseas. No es el fin, es el inicio de un camino por recorrer. Una cruz donde el crucificado debes de ser tú, Cristo desde ese momento hasta el final de tus días. Uff, difícil tarea!!muy difícil, solo unos cuantos privilegiados, casi, lo han conseguido. Hombres y mujeres que no son de este mundo. PERO hay qué intentarlo!
Las emociones del año pasado, muchas (recuerdos y ausencias), se han juntado este año con emociones nuevas. Hay cosas de las que nunca te arrepentirás y ser catequista ha sido una de ellas. El respeto del principio, a lo que me enfrentaba, se ha convertido en un inmenso placer lleno de un aprendizaje mutuo.
Emocionarme verte entrar y de espalda al público para mirarlo siempre de frente a Él, fue, cómo dicen: ¿Una experiencia religiosa? Y es que hicimos la Primera Comunión el mismo día y el mismo mes en el mismo colegio pero en años diferentes (está claro), eso fue, uff, otra experiencia religiosa. Exploté ese día sin poderme contener.
Esta vez he tenido el placer y el enorme privilegio de veros las caras, los ojos, la mirada. Mi grupo y yo juntos arriba. Nuestro espacio privado y personal de todos los miércoles durante estos dos cursos, se trasladó al altar para revivir de la mano de vuestro amigo Quillo, lo contado, cantado y jugado durante nuestros miércoles de catequesis. Tuve que mirar para otro lado y aguantar los párpados abiertos, si no, de nuevo, podría haber venido el diluvio universal. Los más jóvenes dirían: fue lo más, ¿o éso ya no se dice?
Me he quedado con la miel en los labios y es que quiero más y más. Y es que aquí no solo os habéis beneficiado vosotros. Es el inicio.
Os dejo con mi carta-no despedida porsi en estos próximos años se me pierde.
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¡Hola!
Se
acerca nuestro mes, tan esperado y ansiado durante estos dos cursos que ya van
llegando a su fin. Pero como hemos hablado todo este tiempo, ésto es solo el
INICIO de algo maravilloso.
Empiezas
a recorrer tu camino en el que quiero que recuerdes lo vivido en nuestro
espacio íntimo y personal de todos los miércoles. Días de alegrías, risas,
también de gritos pero de felicidad. Revive la
cajita de los compromisos semanales y trabaja por conseguirlos y que esa
cajita, se haga cada vez más y más grande, ¡¡hasta qué rebose e inunde tu
vida!!
Empiezas
a ser la sembradora de tus propias semillas, a través de tus padres,
familiares, profesores y espero haber puesto un pellizquito. Con una buena
ACTITUD, algo que hemos repetido muchooooo, la
siembra será exitosa, echará raíces y producirá muchos y fantásticos frutos.
Si
siembras gratitud, esa misma gratitud se expandirá en tu vida y en la de
los demás. Si siembras bondad, serás casi seguro una
persona bondadosa y tus raíces bondadosas también se expandirán.
Acoge
con amor las semillas que te proporcionan tus padres y allegados de corazón.
Riégalas con paciencia y tesón y algo bueno saldrá de ellas y con certeza
estarán en maceteros correctos.
Rechaza
las semillas que vengan de otros maceteros. Esas son semillas malas que hacen
pudrir tu linda maceta. Acércate a aquellos que den buenos frutos y contágiate
de ellos.
Y
COMPROMÉTETE a regar cada día tu bonita maceta con gotas de paciencia, esfuerzo
y un gran chorreón de buena actitud, y verás llegar tus frutos muy lejos. Así
alcanzarás la verdadera felicidad.
Te
he hablado muchísimo de aquello que una vez, hace años, bueno tampoco tantos
jeje, un tal Padre Huelín, me dijo en
tu mismo colegio y que siempre estará en mi boca y lo repetiré una y otra vez: Cuando
no sepas qué camino tomar en tu vida y te sientas perdida, repite, Espíritu
Santo ilumina mi camino. Y así lo está haciendo y así también muchos
miércoles lo he sentido. Y así, nuevamente,
quería hacerte llegar su presencia con esta medallita.
Felicidades
por tu Primera Comunión. Gracias por haberme acogido con tanto cariño! He
aprendido mucho con vosotros y me he acercado aún más a Jesús, el motor de
nuestras vidas. Me despido pero sabes que seguiré cerca….y UN, DOS, UN, DOS, TRES….PIRATILLAS, OÉ!!!!
Fdo:
María.
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Besos mamá.
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