La vida está llena de cosas bonitas. Tenemos imperfecciones preciosas por todos lados.
La vida está rodeada de lo que conocemos como el bien y el mal.
Vemos belleza en la naturaleza. Sentimos amor y experimentamos valores a raudales. Conocemos a personas sinceras, buenas, realmente buenas y desinteresadas. Captamos magníficos momentos a través de nuestros ojos en acciones de los demás.
La vida está llena de positivismo. De ilusiones por seguir creciendo y enriqueciéndote. Compartir tus ideas y pasiones. Vivir y añadir años a la vida.
Esto es lo sano y lo insano es el mal. También existe. Nos rodea y nos persigue. Está el mal por hacer la puñeta a tu hermano. El mal por ser mejor que tu amiga. El mal por aspirar a lo que tiene tu compañero. El mal por destacar.
Luego está el mal en todas sus facetas. Se apodera de la razón y actúa por sí solo. Llevándose la vida a su paso y alegrándose de sus acciones.
Está claro por dónde tenemos que encaminarnos ¿no? La solución es bien sencilla. Elige el bien y dormirás bien.
Ambas cosas la percibimos al instante. ¿Por qué unos se van hacia un camino y otros hacia otro?
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