28 de julio de 2014

Una historia.

Dime mamá,


Os voy a contar una pequeña y a la vez GRAN historia.


Hay recuerdos preciosos y duraderos en el tiempo gracias a la conservación. Hace muchos años un hombre regaló una flor a una mujer y se la colocó en su delgado dedo. Se unieron y vivieron enamorados y felices muchos años hasta que la Señora Muerte los separó, si no, os digo yo que seguirían paseando juntos de la mano hasta, otra vez, el final de sus días.



Yo andaba detrás de ellos, los observaba. Siempre con sus manos entrelazadas. Ella se sentía segura junto a él y él el hombre más importante junto a ella,  para ella.


Recuerdo sus momentos de largos paseos por el campo. Recuerdo como compartían sus risas y también sus espontáneas no-alegrías. 

Recuerdo el no necesitar a nadie para pasarlo bien un sábado cualquiera. Un coche y las ganas de disfrutar de la naturaleza podían más que cualquier otra cosa. 

Recuerdo su vida juntos. Su compenetración hasta el FIN. Su dedicatoria el uno al otro. Su constancia, paciencia y amor. 

Él se lo demostró y ella lo remató en su final. Su fuerza y lealtad con él y por él. 



-¿Quiénes son mamá?
- Vuestros abuelos. Mis padres. 


          
Besos mamá.

4 comentarios:

  1. Preciosa historia y precioso blog :)
    Te dejo un premio ¡sorpresa! jeje
    http://desvariosdeunamadre.blogspot.com.es/2014/08/one-lovely-blog-award.html#more

    Un abrazo.

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  2. Me encanta la historia, me encanta que hayas tenido la suerte de poder vivirla tan cerca y disfrutarla también.

    besos

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    1. Gracias también a ti! sí, he tenido la suerte...se fue a mis 30 años pero algo es algo..besos

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